Ser familia anfitriona o, dicho de otro modo, alojar en casa a un estudiante de intercambio es una de las experiencias que más pueden marcarte en tu vida. ¡Es inolvidable!
Por supuesto también supone un cambio importante para el que hay que prepararse adecuadamente. Parte de esta preparación significa conocer y entender el proceso que atravesará quien llegue a nuestra casa.